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  3. Cómo Prevenir Enfermedades Comunes de Otoño.

El otoño trae consigo una paleta de colores vibrantes y un clima refrescante que invita a disfrutar del aire libre. Sin embargo, esta temporada también puede traer consigo un aumento de enfermedades comunes, como asma, neumonía, bronquitis, rinitis, sinusitis y alergias respiratorias.

Es crucial conocer las amenazas que acechan en esta época del año y las medidas que se pueden tomar para mantenernos saludables y aprovechar al máximo la estación. En esta entrada, exploraremos las enfermedades más comunes en otoño y cómo podemos prevenirlas para disfrutar al máximo de esta maravillosa temporada.

Enfermedades comunes y sus síntomas.

Neumonía: La neumonía es una infección respiratoria que afecta a uno de los pulmones, incluso a los dos, produciendo inflamación y acumulación de líquidos. Esta enfermedad está causada por gérmenes como bacterias, virus y hongos.

Esta enfermedad puede producir tos, fiebre, dificultad para respirar, escalofríos, dolor en el pecho… Estos síntomas pueden variar dependiendo del tipo de neumonía que se padezca.

Asma: El asma es una enfermedad crónica que ocasiona que las vías respiratorias de los pulmones se hinchen y se estrechen. Provocando que la persona tenga dificultades para respirar. Los síntomas del asma pueden darse por la inhalación de alérgenos o por desencadenantes como pueden ser: ácaros, animales, polen, cambios en el clima, emociones fuertes (estrés), etc.

Entre los síntomas se encuentran la dificultad de respirar, tos (con o sin flema), silbidos al respirar, dolor o rigidez en el pecho.

Bronquitis: La bronquitis es una infección común, que afecta a las vías respiratorias principales (a los bronquios) produciéndole irritación e inflamación. Hay condiciones externos como fumar, ser asmático o incluso tener enfermedades del sistema inmunitario, que hacen que el paciente sea más propenso a desarrollar bronquitis crónica.

Entre los síntomas que nos deja esta enfermedad podemos encontrar tos productiva, molestias en el pechos, irritación de garganta, fatiga y cansancio, entre otros.

Rinitis y sinusitis: La rinitis es una enfermedad que afecta a las membranas mucosas de la nariz, inflamándolas, la sinusitis afecta de forma más profunda, a los senos y conductos nasales, al igual que lo senos paranasales.

Estas enfermedades pueden causar dolor y presión detrás de los ojos, secreción y congestión nasal, pérdida total o parcial del olfato, dolor de cabeza e incluso tos.

Alergias respiratorias: Las alergias respiratorias ocurren cuando el sistema respiratorio reacciona de forma adversa a ciertas sustancias, como el polvo, el polen o el pelo de ciertos animales.

Estas enfermedades muestran síntomas como congestión nasal, picor en la garganta, estornudos o dificultad para respirar.

Factores que favorecen a las enfermedades.

Los cambios de temperatura: A medida que el clima comienza a enfriarse en otoño, las personas tienden a pasar más tiempo en interiores, lo que facilita la propagación de los virus respiratorios.

Menor humedad del aire: En muchos lugares, la humedad del aire tiende a disminuir en otoño, lo que puede secar las membranas mucosas de la nariz y la garganta, haciéndolas más susceptibles a las infecciones.

No solo es el frío: La mayoría de las personas piensan que lo que las enferma es el frío, pero lo cierto es que son los gérmenes y la exposición que se tienen a ellos lo que lo hace.

Ambientes cerrados: Con las bajas temperaturas la tendencia de resguardarse del frío en espacios interiores (a veces muy cálidos) es mayor por lo que la poca ventilación y el aire seco de estos espacios, ayuda al aumento de alergias, estornudos y sequedad, favoreciendo a la propagación de virus.

Sistema inmunológico se ralentiza: Las bajas temperaturas debilitan las defensas de la nariz, lo que hace que la aparición de los virus , lo que hace que el sistema inmune sea más susceptible a la infección.

Cómo prevenir las enfermedades.

Higiene personal: Lavarse las manos con frecuencia es mu, ya que con esto evitamos enfermedades y la propagación de infecciones a otra personas.

Alimentación equilibrada: Una dieta variada, equilibrada y saludable, así como un consumo de probióticos de forma regular contribuyen a un buen funcionamiento de las defensas.

Hacer ejercicio regularmente: La actividad física puede ayudar a eliminar bacterias de los pulmones y las vías respiratorias. Esto puede reducir las probabilidades de contraer un resfriado, gripe u otras enfermedades.

Fisioterapia respiratoria: Es una técnica útil que ayuda a prevenir complicaciones respiratorias. Estas técnicas ayudan a mejorar el intercambio de gases a través de la membrana pulmonar para mejorar la oxigenación de la sangre.

Para personas asmáticas, estas técnicas son recomendables, ya que ayudan a minimizar la frecuencia respiratoria para permitir que el oxígeno del aire se absorba mejor en el torrente sanguíneo, pero también para calmar a la persona en un ataque.

Los respiradores Power Breathe son perfectos para llevar a cabo estas técnicas, siempre de la mano de un experto en la materia.

Son aparatos de entrenamiento respiratorio indicados tanto en áreas de deporte como en salud y patología. Está científicamente probado que el entrenamiento respiratorio con POWERbreathe mejora la capacidad física y la mecánica respiratoria.

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